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Fascitis plantar y espolones óseos (Plantar Fasciitis and Bone Spurs)

La fascitis plantar es una de las causas más comunes de dolor en la parte inferior del talón. Aproximadamente dos millones de pacientes reciben atención por esta afección cada año.

La fascitis plantar ocurre cuando la fascia plantar, una banda fuerte de tejido que le da soporte al arco del pie, se irrita e inflama.

Anatomía

La fascia plantar es un ligamento largo y delgado que se encuentra justo debajo de la piel en la parte inferior del pie. Conecta el talón a la parte delantera del pie y le da soporte al arco del pie.

La fascia plantar es un ligamento que se encuentra debajo de la piel en la parte inferior del pie.

Causas

La fascia plantar tiene la función de absorber las sobrecargas y tensiones que reciben nuestros pies cuando caminamos, corremos y hacemos otras actividades, como jugando deportes. Pero, a veces, recibir demasiada presión daña o desgarra los tejidos. La respuesta natural del cuerpo a la lesión es la inflamación, que provoca dolor en el talón y la rigidez causados por la fascitis plantar.

Demasiada presión en la fascia plantar puede dañar o desgarrar los tejidos, lo que provoca dolor en el talón.

Factores de riesgo

En la mayoría de los casos, la fascitis plantar ocurre sin una razón específica e identificable. Sin embargo, hay muchos factores que pueden hacer que una persona sea más propensa a la afección:

  • Actividad nueva o en aumento
  • Actividad repetitiva de alto impacto (correr, bailar, practicar deportes)
  • Permanencia de pie en superficies duras por períodos prolongados (sobre todo en personal de enfermería, trabajadores de fábricas y docentes)
  • Anatomía (pie plano o arco pronunciado)
  • Rigidez muscular en las pantorrillas
  • Obesidad
  • Edad (la fascitis plantar es más común en las personas de 40 a 60 años)

Síntomas

Los síntomas más frecuentes de la fascitis plantar incluyen los siguientes:

  • Dolor en la parte inferior del pie, cerca del talón.
  • Dolor con los primeros pasos después de levantarse de la cama por la mañana o después de un largo período de reposo, como después de un largo viaje en automóvil. El dolor disminuye después de caminar unos minutos.
  • Mayor dolor después de hacer ejercicios o actividades (no durante estos).

Examen médico

Después de que usted describa los síntomas y plantee sus preocupaciones, el médico le examinará el pie. Buscará estas señales:

Pruebas

El médico puede solicitar pruebas de diagnóstico por imágenes para asegurarse de que la causa de su dolor del talón sea la fascitis plantar y no otro problema.

Radiografías 

Con las radiografías se pueden obtener imágenes claras de los huesos. Sirven para descartar otras causas del dolor de tobillo, como fracturas o artritis.

Los espolones en el tobillo también pueden verse en una radiografía. Un espolón en el talón puede ser el resultado de una tensión prolongada (que ocurre durante mucho tiempo) en la inserción de la fascia plantar (el punto en el hueso del talón donde se une la fascia plantar). Sin embargo, la mayoría de las personas que tienen espolones óseos en los talones no sienten dolor en el talón. Debido a que los espolones en el hueso del talón no son la causa de la fascitis plantar, el dolor de la fascitis plantar se puede tratar sin quitar el espolón.

Los espolones del talón no son la causa del dolor en la fascitis plantar.

Otras pruebas de diagnóstico por imágenes

No suelen realizarse otras pruebas de diagnóstico por imágenes, como imágenes por resonancia magnética (magnetic resonance imaging, MRI) y ecografías, como parte de la rutina para diagnosticar la fascitis plantar. Estos estudios se piden con poca frecuencia.

Se puede realizar una exploración por MRI si el dolor en el talón no se alivia con los métodos de tratamiento iniciales o si su médico sospecha que un problema diferente está causando el dolor en el talón.

Tratamiento

Tratamiento no quirúrgico

Más del 90 % de los pacientes con fascitis plantar mejora dentro de los 10 meses tras iniciar métodos de tratamiento simples.

Reposo. Disminuir o incluso detener las actividades que empeoran el dolor es el primer paso para reducir el dolor. Es posible que tenga que dejar de hacer las actividades deportivas en las que los pies golpean superficies duras (por ejemplo, correr, bailar o hacer ejercicios aeróbicos con escalones). Su médico podría recomendarle que use una bota para caminar y muletas durante poco tiempo para permitir que su pie descanse.

Cambios en su actividad física. Hacer ejercicio de bajo impacto, como nadar o andar en bicicleta, sobrecargará menos las articulaciones y los pies, en lugar de correr o caminar.

Estiramientos. La fascitis plantar empeora si tiene rigidez muscular en los pies y pantorrillas. Estirar las pantorrillas y la fascia plantar es la forma más eficaz de aliviar el dolor que ocasiona esta afección.

Estiramiento de pantorrilla

  • Estiramiento de pantorrilla
    Inclínese hacia adelante contra una pared manteniendo una rodilla estirada y el talón en el suelo. Coloque la otra pierna delante, con la rodilla flexionada. Para estirar los músculos de la pantorrilla y el talón de Aquiles, empuje las caderas hacia la pared controlando el movimiento. Mantenga esta posición durante 10 segundos y luego relaje los músculos. Repita este ejercicio 20 veces para cada pie. Durante cada estiramiento, debería sentir un tirón fuerte en la pantorrilla.
  • Estiramiento de la fascia plantar
    Debe sentarse para realizar este estiramiento. Cruce el pie afectado sobre la rodilla de la otra pierna. Agárrese los dedos del pie doloroso y lentamente llévelos hacia usted controlando el movimiento. Si le resulta difícil alcanzar el pie, ayúdese con una toalla envolviéndola alrededor del dedo gordo del pie; luego, tire de ella para ayudar a llevar los dedos hacia usted. Coloque la otra mano a lo largo de la fascia plantar. Cuando se estira, la fascia debe sentirse como una banda ajustada a lo largo de la parte inferior del pie. Mantenga el estiramiento durante diez segundos. Repita este ejercicio 20 veces para cada pie. Se recomienda hacer este ejercicio por las mañanas, antes de ponerse de pie o caminar.

Hielo. Un ejercicio eficaz es hacer rodar el pie sobre una botella de agua fría o congelada durante 20 minutos. Puede hacer este ejercicio tres o cuatro veces al día.

Medicamentos antiinflamatorios no esteroides (Nonsteroidal anti-inflammatory drugs, NSAID). Los medicamentos como el ibuprofeno o el naproxeno reducen el dolor y la inflamación. El uso del medicamento durante más de un mes debe ser supervisado por su médico de atención primaria.

Fisioterapia. Su médico puede recomendarle que trabaje con un fisioterapeuta en un programa de ejercicios que se centre en estirar los músculos de la pantorrilla y la fascia plantar. Además de los ejercicios como los mencionados arriba, un programa de fisioterapia puede incluir tratamientos especializados con hielo, masajes y otras terapias para disminuir la inflamación alrededor de la fascia plantar.

Calzado de soporte y dispositivos ortopédicos. Los zapatos más acolchados y con suelas gruesas pueden reducir el dolor al pararse y caminar. Cuando usted pisa y el talón golpea el suelo, se sobrecarga mucho la fascia, lo que causa microtraumatismos (pequeños desgarros en el tejido). Un calzado o plantilla acolchada reduce esta tensión y el microtraumatismo que se produce con cada paso. Las almohadillas de silicona suave para el talón no son costosas y están diseñadas para elevar (levantar) y amortiguar el talón. También son útiles los dispositivos ortopédicos (plantillas) prefabricados o hechos a medida.

Las taloneras suaves pueden dar un mejor soporte.

Evite usar zapatos desgastados o que no den un buen soporte. Asegúrese de reemplazar el calzado deportivo antes de que se desgaste y ya no proporcione soporte a los pies. 

Férulas nocturnas. La mayoría de las personas duerme con los pies apuntando hacia abajo. Esto relaja la fascia plantar y es una de las razones del dolor matutino en el talón. Una férula nocturna estira la fascia plantar mientras duerme. Aunque puede ser difícil acostumbrarse, usar una férula nocturna es eficaz para reducir el dolor en el talón causado por la fascitis plantar.

Otros tratamientos

Su médico puede recomendar los siguientes procedimientos si todavía tiene síntomas después de varios meses de tratamientos no quirúrgicos.

Yeso. Usar un yeso por poco tiempo puede ser muy útil en el tratamiento de la fascitis plantar porque impedirá que mueva el pie y esto favorecerá la recuperación. Como el yeso está hecho a medida para adaptarse a su pie y no se puede quitar, suele ser una mejor opción que usar una bota.

Inyecciones de cortisona. La cortisona, un tipo de esteroide, es un medicamento antiinflamatorio potente. Puede inyectarse en fascia plantar para reducir la inflamación y el dolor. 

Su médico puede limitar este tratamiento o directamente evitarlo porque las inyecciones de esteroides pueden debilitar la fascia plantar y ocasionar a una ruptura (desgarro), que puede derivar en el aplanamiento del pie y dolor crónico.

Inyecciones de plasma rico en plaquetas (PRP). El PRP se obtiene de su propia sangre y puede inyectarse en la fascia plantar para favorecer la recuperación. Las inyecciones de PRP no tienen el mismo riesgo de ruptura de la fascia plantar. Sin embargo, este tratamiento puede ser costoso, y es necesario investigar más sobre la eficacia de las inyecciones de PRP.

Terapia con ondas de choque extracorpóreas (Extracorporeal shockwave therapy, ESWT). Durante este procedimiento, los impulsos potentes de ondas de choque estimulan el proceso de recuperación del tejido dañado en la fascia plantar. La ESWT no ha demostrado resultados constantes y, por lo tanto, no se realiza comúnmente.

La ESWT es una terapia no invasiva, lo que significa que no requiere una incisión quirúrgica. Debido a que implica un riesgo mínimo (bajo), a veces se prueba realizar la ESWT antes de considerar una cirugía.

Reparación ultrasónica de tejidos. Este es un tratamiento mínimamente invasivo para pacientes con fascitis plantar persistente (constante). Se usan ecografías para guiar una sonda hacia la fascia plantar lesionada. Luego, el extremo de la sonda vibra para romper y eliminar el tejido dañado.

Tratamiento quirúrgico

Debido a que más del 90 % de los pacientes con fascitis plantar se recuperan con tratamiento no quirúrgico, la cirugía suele reservarse para las personas que no han tenido mejoras después de 12 meses de un tratamiento no quirúrgico agresivo.

Alargamiento del músculo gastrocnemio. Este es un alargamiento quirúrgico de los músculos de la pantorrilla (gastrocnemio). Debido a que la rigidez muscular en la pantorrilla aumenta la sobrecarga en la fascia plantar, se recomienda este procedimiento en pacientes que siguen teniendo dificultad para flexionar los pies, a pesar de esforzarse mucho para estirar la pantorrilla.

En la cirugía de alargamiento del músculo gastrocnemio, uno de los dos músculos que componen la pantorrilla se alarga para aumentar el movimiento del tobillo. El procedimiento se puede realizar con una incisión abierta tradicional o con una incisión más pequeña y un endoscopio, un instrumento que contiene una cámara pequeña. El médico conversará con usted sobre el procedimiento que mejor se adapte a sus necesidades.

Las tasas de complicación de la cirugía de alargamiento del gastrocnemio son bajas, pero pueden incluir daños en el nervio de la pantorrilla y debilidad de la pantorrilla.

Liberación parcial de la fascia plantar. La liberación parcial de la fascia plantar suele realizarse en el mismo momento que la cirugía de alargamiento del músculo gastrocnemio e implica hacer una incisión en la parte de abajo o del costado del talón. El cirujano identifica la inserción de la fascia plantar en el talón (el punto donde el ligamento se une al hueso) y hace un corte parcial para aliviar la tensión en el tejido. Si hay un espolón óseo grande, también se puede extirpar.

Aunque la cirugía se puede realizar mediante una endoscopía, este método resulta más difícil que una incisión abierta. Además, la endoscopía tiene un mayor riesgo de daños en los nervios que la cirugía abierta.

  • Las complicaciones más comunes de la cirugía de liberación incluyen daños en los nervios y alivio parcial del dolor, no total.
  • Recuperación. Se recomienda que, durante un período breve después de la cirugía, use dispositivos de soporte de peso para favorecer la curación de la incisión.

La mayoría de los pacientes tienen buenos resultados con la cirugía. Sin embargo, debido a que la cirugía puede provocar dolor crónico y malestar, se recomienda solo después de haber intentado todos los tratamientos no quirúrgicos.

Last Reviewed

octubre 2023

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